Este 25N nos manifestamos: el machismo mata, viola, explota y borra a las mujeres

Este 25 de noviembre, con motivo del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, LEM España se suma a la manifestación organizada por el Movimiento Feminista de Madrid y el Foro de Madrid contra la Violencia a las Mujeres bajo el lema “El machismo mata, viola, explota y borra a las mujeres”. A partir de las 18:30 estaremos junto a nuestras compañeras recorriendo las calles entre Gran Vía y Plaza de España.

Asimismo LEM se ha sumado al manifiesto que resumimos a continuación: 

Según los datos del Ministerio del Interior, las víctimas registradas por delitos sexuales son un 33% más que el año pasado: 15.000 mujeres agredidas, manoseadas, vejadas, golpeadas… casi un 50% eran menores.

Desde el pasado 25 de noviembre, han sido asesinadas por violencia machista 76 mujeres y cinco menores. Desolador resulta que el 35% de las asesinadas sean de origen extranjero, cuando suponen el 10% de la población española, señal de que no han encontrado vías de apoyo para vivir sin constructos violentos.

La cuestión no es la denuncia. El 32% de las mujeres asesinadas sí lo habían hecho, pero no tuvieron la protección adecuada. ¿Qué está pasando con las órdenes de alejamiento y el sistema VioGén?

Denunciamos el negacionismo de la violencia contra las mujeres por parte de formaciones políticas y corporaciones mediáticas que usan las instituciones como altavoz para colar su mensaje misógino patriarcal. Pero… ahí están los datos tozudos que niegan tal estrategia:  la violencia de género ha crecido este año un 20% y el 98% de los sentenciados por violencia sexista son varones. Hasta el último 30 de octubre, 700.000 mujeres, de ellas unas 11.000 extranjeras, están dentro del seguimiento VioGén.

Según la Fiscalía General del Estado, las agresiones sexuales entre menores (14-17 años) se ha triplicado en los últimos diez años; el 92% de los agresores son varones.

¿Motivos? Hipersexualización, utilizar la pornografía, especialmente por redes, como patrón de comportamiento y la carencia de una educación afectivo sexual sana en su entorno y en las aulas. De hecho, el 23% de menores (75% niñas y 25% niños) son víctimas de propuestas sexuales continuadas de adultos en internet, pedófilos que se ceban con las niñas menores de diez años (90%) muy expuestas por su vulnerabilidad.

Estamos aquí porque es la hora del abolicionismo. El feminismo es y ha sido siempre abolicionista. La prostitución ni es sexo ni es trabajo, es misoginia y violencia. No cabe la impunidad en este asunto. Cosa que les debe quedar claro al 30% de los varones españoles que son puteros, y el 10%, habituales, según el CIS. Clara Campoamor dejó dicho en la tribuna del Congreso que el Estado no podía ser cómplice mediante los impuestos que ingresa de la industria proxeneta.

Estamos aquí,y gritamos alto, que al borrado secular de las mujeres en la historia, en la ciencia, en la política, en el arte, se suman ahora las leyes de autodeterminación del sexo registral, leyes que vulneran los derechos de las deportistas; alteran las estadísticas que nos permiten conocer las brechas de desigualdad entre mujeres y hombres, pervierten la paridad de las cuotas de representación, ponen en riesgo los espacios seguros de las mujeres, ponen en cuestión los cimientos de la ley contra la Violencia hacia las mujeres, la ley de Igualdad o la Ley Electoral.

Estamos aquí porque es violencia misógina imponer mordazas y sanciones a las mujeres

que denuncian la pérdida de sus derechos basados en el sexo. Y estamos aquí para manifestar nuestro compromiso de proteger a la infancia y a la adolescencia que están siendo dirigidas a la hormonación y a cirugías irreversibles.

Por último, resumimos, estamos aquí porque esta violencia se da hoy en una sociedad sexista, desbordada por integrismos religiosos y étnicos, por discursos de odio; con economías neoliberales depredadoras, constructos misóginos que permiten usurpar y cosificar los cuerpos de las mujeres, y que banaliza la violencia estructural. Por eso, nos matan, nos violan, nos explotan, nos compran, nos venden, nos alquilan, nos desprecian, nos silencian y, hasta nos quieren borrar registralmente.